sábado, 27 de mayo de 2017

Planes: Tren de Arganda

Ojala tuviéramos una máquina del tiempo para volver al pasado y corregir los errores o simplemente revivir aquellos momentos que nos hicieron sentir tan bien.

Muchas veces, me pregunto que hubiera sido de mi vida si... pero rápidamente vuelvo al presente y me doy cuenta de que si cambio algo de mi pasado, muy probablemente no sería mi vida.

Es verdad que hay capítulos de mi vida que me gustaría borrar o reescribir, pero hay otros, que los dejaría tal y como han sido, sin cambiar ni un punto ni una coma.

Muchas veces también pienso que me gustaría saber cual es mi futuro o el de mi familia, pero simplemente para vivir más tranquila mi presente, aunque si lo pienso detenidamente, si veo algo en futuro que no me gusta, intentaría cambiarlo y por lo tanto dejaría de ser mi vida.

Así que pensándolo mejor, ni volver a pasado ni conocer el futuro, simplemente vivir el presente, que ya en muchas ocasiones se nos pone muy cuesta arriba.

Afortunadamente, podemos volver a partes de nuestro pasado, pero solo de una forma histórica y un buen ejemplo de ello es el Tren de Arganda... que pita más que anda.

El centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid  (CIFVM) junto al Ayuntamiento de Arganda, han restaurado una antigua Locomotora a Vapor.




Gracias a esta iniciativa podemos disfrutar de un viaje en un autentico tren a vapor, todo un lujo, en estos tiempos de modernidad. No se puede decir que sea rápida, ni lujosa, hasta el olor del humo nos puede llegar a molestar un poquito, pero realmente merece la pena montar en uno de sus vagones y deleitarse con su sonido, cerrar los ojos e imaginar que por un momento estas en pasado no muy lejano.

El recorrido comienza en la estación de La Poveda, restaurada por la Escuela-Taller Román Aparicio de Arganda del Rey.



Durante el trayecto se puede observar un impresionante puente metálico sobre el río Jarama, único puente ferroviario de estas características que existe hoy en día en la Comunidad de Madrid. Este puente sustituyó, en los años 40, al primitivo de los alemanes que fue volados durante la guerra civil.

El final del viaje está en la Laguna del Campillo, y se tarda unos 50 minutos entre ir y volver, pero debo reconocer que a mi se me hizo muy corto, me hubiera gustado que durase un poco más, pero entiendo el esfuerzo de mantenimiento que supone poner en funcionamiento esta máquina que llegó a Arganda para ser restaurada en 1990.

Actualmente, solo se mantienen 3.360m del tramo original que llegó a tener hasta 162Km.

Es una pena que solo se pueda disfrutar de este viaje los domingos, pero como he dicho anteriormente el coste del viaje tiene que ser muy elevado y la asociación que se encarga de su mantenimiento no recibe ninguna ayuda y deben mantenerla con sus propios recursos.




Durante el año, el tren solo funciona en dos temporadas, primavera y otoño y está abierto al público tan solo los domingos en los horarios indicados aquí

Os recomiendo que si queréis subir al tren hagáis reserva en reservas@vapormadrid o en su teléfono 630 336 840.

Nosotros tuvimos mucha suerte y aprovechamos que varias personas que habían hecho reserva no acudieron y pudimos subir, pero si lo planeáis con tiempo, pues mucho mejor.

El precio de 5€ por persona mayor de 3 años. Ya solo los tickets que utilizan te transportan  a finales del siglo XIX que es cuando se constituye la Compañía del Ferrocarril de Madrid a Arganda.



Cuando se termina el viaje en la locomotora de vapor y por 2€ más se puede disfrutar de un mini viaje en una locomotora diésel. No tiene el mismo encanto, pero también es divertido. Esta máquina te lleva hasta el museo del Ferrocarril de Arganda donde podéis encontrar una de las mayores maquetas que he visto nunca en funcionamiento, con un montón de trenes, desde los más antiguos hasta los más modernos como el Talgo o el AVE.




Una vez de vuelta al apeadero de La Poveda, se puede visitar la ESTACION MUSEO, donde se pueden observar un montón de curiosidades y más de 300 piezas  de gran valor con muestras de la evolución del mundo ferroviario, como distintos tipo de vagones centenarios, locomotoras, automotores, billetes, vestimenta...




Desde aquí os recomiendo que no os perdáis este plan, ya que es una manera divertida y original de pasar un domingo en familia y además conocer algo de nuestra historia reciente, conociendo una parte del Sureste de Madrid.

Es como si por un momento pudiéramos volver al pasado. Eso si, sin cambiar nada, para no alterar el presente.






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