sábado, 3 de septiembre de 2016

La edad del No

Las vacaciones son una buena época para observar a nuestros hijos ya que tenemos más tiempo libre. Este tiempo nos permite ver cómo se desenvuelven en diferentes situaciones.

Todo este tiempo libre también interactuamos con la familia, amigos, conocidos... que intentan ayudarnos en la ardua tarea de educar. Desde su experiencia no dan consejos e instrucciones que se supone que nos facilitará la solución a los distintos problemas que se nos plantearán los pequeños monstruitos, pero no siempre va a coincidir con nuestra forma de educarlos. Nunca va a coincidir

Este verano Diego ya ha cumplido los dos años y medio, y hasta ahora habíamos lidiado muy con el, pero este verano hemos entrado en la denominada edad del No.

La respuesta a cualquier pregunta siempre es no, para mostramos su descontento utiliza el no... Y así en infinidad de ocasiones, pero realmente lo que nos preocupa es que muchas veces, sin hacerle nada nos dice que NO, y esto es lo que nos hace dudar en como debemos actuar.

He mirado en varias paginas de Internet y aunque también me hubiese gustado consultar otras fuentes, el hecho de haber estado de vacaciones me ha limitado bastante esta labor.

De un tiempo a esta parte he venido observando que las personas que más le decimos que no: no hagas esto, no toques aquello, no te subas ahí, no corras, no saltes, no grites... somos las personas que recibimos más noes de parte de Diego. Esto es lo que me ha hecho reflexionar sobre este tema y escribir este post.

En esta etapa los niños aprenden por imitación, así que es más que posible que sea una conducta que nos ha visto a los adultos que estamos cerca.

En la mayoría de las páginas consultadas, dicen que es una etapa que va desde el año y medio hasta los tres años aproximadamente, que se trata de de un refuerzo de su personalidad y que se produce porque empiezan a darse cuenta de que son personas independientes de los padres y creen que pueden tomar sus propias decisiones.

Pero esto no debe ser así: MENTE SUPERIOR CONTROLA MENTE INFERIOR, o lo que es lo mismo, EL ADULTO GANA SIEMPRE.

No es una tarea fácil y más aún cuando el niño siempre tiene en la boca la palabra NO.

he encontrado varios consejos en páginas especializadas en psicología infantil y como he comentado anteriormente es más complicado de lo que parece, ya que a nosotros nos han educado de otra manera y tenemos muy interiorizada la prohibición y la negación.

Pero creo que merece la pena intentarlo, aunque creo que va resultar muy difícil.

El primer consejo es reducir de nuestras conversaciones la palabra NO. Un ejemplo que ya hemos utilizado es "habla más bajo" en vez de "NO GRITES". Se trata de reemplazar e intentar positivizar las órdenes.

Otro de los consejos es tratar de empatizar con el niño e intentar llegar a un punto en el que el niño sea consciente de que entendemo0s su postura, pero que finalmente somos los adultos, los que decidimos. Para mi es una de las consignas más dificiles, y no porque me falte empatía, sino porque no es fácil hacer entender a un niño de dos años que sabemos lo que quiere, pero que no se lo vamos a conceder.

También hay que limitar las preguntas que pueden responderse con un si o no. Para esto, lo mejor es plantearles dos opciones: "¿te pones los zapatos tu solo o te ayudo? ¿quieres agua o leche?

De esta manera obligamos al niño a responder con una respuesta más larga, lo que hace que también se desarrolle su lenguaje.

Antes de decir No al niño tenemos que pensar si realmente es necesario que haga lo que nosotros queremos. A veces nos empeñamos en que los niños hagan cosas que nosotros queremos, sin darnos cuentas de que no va a revertir importancia en el desarrollo de su personalidad.

También es importante que el niño diga que NO para reforzar su identidad, pero tiene que tener muy claro que la última palabra siempre la tenemos los adultos.

Es solo una etapa y terminará pasando, pero hasta entonces intentaré llevar a cabo algunas de estas pautas.

Se que va ser difícil, nadie me dijo lo contrario, pero no pierdo la esperanza.

¿Habeís entrado en la edad del no? ¿Como lo habéis resuelto?

Espero que estos consejos os sirvan para hacer más llevadera esta etapa.







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