jueves, 10 de noviembre de 2016

Mas que suerte


“Que suerte has tenido con Diego”. Esta frase es la que más me repiten después de “este niño tiene hambre”. Enfermita me ponía cada vez que oía a alguen decirmelo, es que ya me lo decían personas que ni me conocían. Afortunadamente esa etapa ya pasó y el tiempo me ha dado la razón. Diego es un niño sano, curioso y sobre todo bien nutrido. Ni gordo ni delgado, ni alto ni bajo, ni superdotado, ni tonto. En reumidas cuentas es un niño de lo más normal, o eso creo yo.

Desde que nació, mi objetivo era convertir a Diego en un niño independiente y en eso estamos. tengo que reconocer que algo de suerte si hemos tenido, pero creo que nosotros también hemos puesto nuestro granito de arena para que Diego sea como es.

¿Dormir? Pues dormimos muy bien desde su segundo mes de vida. Solo se despertaba para comer y aunque al principio le costaba mucho volver a coger el sueño, al final conseguimos que se quedara tranquilito en el moises. ¿ Como lo hicimos? Pues tan sencillo como dejarlo en la cunita, pero no me apartaba de su lado, le tocaba, le hablaba, le calmaba e incluso mecía la cuna, pero sin cogerle. Había días más faciles y otros más complicados, pero al final se acostumbró a dormirse solito y con tres meses le pasamos a su habitación aprovechando la vuelta de un viaje a Santander, y todo fue muy bien y nada traumático.

Cuando dejó el pecho, porque fue el que decidió hasta cuando, le dabamos el bibe en la cuna y cuando lo terminaba lo tiraba y se quedaba dormidito. Si, si, el solito. ¿Suerte? No se si suerte o el resultado de todo lo que veníamos haciendo con el desde que nació.
Es cierto, que al pasar a la comida solida, la hora de dormir se volvió otra vez un poco cuesta arriba, hasta que pusimos en practica los consejos de la guarde: Rutina, rutina y más rutina… No soy de esas madres estrictas que tiene que estar todo controlado por el reloj en cada momento, pero si procuro seguir el mismo patrón a la hora de dormir. Creo que gracias a eso, ahora podemos leerle su cuento, darle un beso de buenas noches, apagar la luz, cerrar la puerta de su habitación sin lloros ni traumas. ¿Suerte?

A la hora de la comida, pues más de lo mismo. “Que suerte tienes, Diego come de todo”. Pues vuelvo a lo mismo, son pequeños gestos que han hecho que Diego coma de todo.

Tuve la suerte de poder asistir a un taller de educación Montessori y es así donde entré en contacto con el método “Baby Led Weaning”. No se trata de obligar a los niños a comer, sino a no tener miedo a la comida. Yo le daba su comida, pero luego le sentaba conmigo y le ponía en un plato lo mismo que yo comía. Evidentemente el no comía nada, pero si exprimentaba con la comida, jugaba con ella, la tiraba al suelo… A mi no importaba si se ensuciaba todo, luego se recogía y ya está… Desde los 18 meses come solo y de todo, y os aseguro que no se ha ahogado. PROMETIDO!!!! Y cuando no quiere más el me lo hace saber y entre los dos quitamos la mesa. ¿Suerte?

Creo que si hemos tenido suerte, pero también que los padres influimos demasiado en los niños y tendríamos que saber transmitirles que no pasa nada si se manchan, que no dejamos de quererlos por dejarlos en la habitación solos para que aprendan a dormir o somo peores padres si les dejamos jugar con el agua o con cosas que se suponen que no son juegutes, eso si, siempre con vigilancia y cosas que no resulten peligrosas.
image
     

No hay comentarios:

Publicar un comentario